La inundación deja vestigios en varios puntos del país, sin embargo, el movimiento rutinario no para. Comerciantes de Nanawa se ingenian para llevar el pan de cada día a sus meses en medio de la crecida.
Los vehículos que deben movilizarse hasta la zona céntrica de Nanawa, departamento de Presidente Hayes, solo llegan hasta la entrada de la ciudad debido a las aguas que día a día aumentan de nivel.
De acuerdo a los pobladores y vendedores de la zona, ellos deben llegar en vehículo o en bus con sus mercaderías hasta la entrada, luego suben a un motocarro que los lleva hasta un amarradero de canoas, para que estas lo lleven a un punto y realicen lo que resta del viaje otra vez en motocarro.
Todo este trajín se traduce en una pérdida importante para los trabajadores que al día gastan solo en movilidad G. 25.000 a G. 30.000.
En medio de estas personas, la vida sigue normalmente. Niños nanawenses van con el agua hasta las rodillas a sus escuelas, los peatones cruzan de un lado a otro la zona inundada, mientras que los comerciantes se ingenian para movilizar sus lotes de carga.