Los pobladores del barrio Caacupemi, de Mariano Roque Alonso, departamento Central, si bien hace tiempo abandonaron sus hogares por las inundaciones, hoy se muestran un poco más esperanzados, ya que registran un leve descenso del liquido vital en la zona.
Las familias salieron de sus casas e improvisaron pequeños refugios de madera, en un sitio fangoso y húmedo en los alrededores más secos. Tratan de sobrevivir a pesar de las carencias. El pedido de asistencia no se hace esperar, exigen al Gobierno que los ayude a mejorar la situación crítica, en especial para el bienestar de los niños del lugar.