Se trata de las trabajadoras de Sole Coiffure ubicada entre las calles Yegros casi 25 de mayo. El primer día de la marcha, los labriegos en medio de su protesta no le permitieron ingresar al local. Como las chicas tenían ganas de trabajar, le ofrecieron esta posibilidad.
Es por medio de iniciativa que le cobran G. 5.000 por cada corte, en lugar de G. 30.000. «Le pedimos solamente cubrir el valor de la cuchillas», dijo su propietaria.
Además aclaran que no porque es un precio bajo le hacen cualquier tipo de corte, sino que «utilizan el don que Dios les dio» para ponerlos a la moda. «Escuchamos sus historias de vida y nos sensibilizamos. Nos hace sentir bien su sonrisa como ganancia», refirieron las mujeres.