Los limpiavidrios se encuentran nuevamente en el ojo de la tormenta, muchos de ellos explican que se dedican a ello debido a que no tienen oportunidades laborales. En la mayoría de los casos, cuentan con antecedentes judiciales, por lo que les cuesta acceder a un empleo formal.
Hombres y mujeres de diferentes edades se ubican en los semáforos de las concurridas avenidas de la capital a trabajar desde tempranas horas de la mañana, hasta altas horas de la noche.
De acuerdo a los trabajadores informales, la menor recaudación por día, y en base a unas 8 horas de trabajo rondaría los G. 70 mil a los G. 80 mil, y fines de semana podrían alcanzar los G. 150.000, o incluso más.