Herfel tenía dolores en el estómago por lo que le recomendaron calmantes para que alivie esas molestias. En una ocasión, su perrita Sierra se comportó de una manera que le llamó la atención.
El can de la raza husky siberiano, se aproximó a su ama en un día del 2013, olfateó su vientre tres veces y despavorida corrió a esconderse.
«Verle tan asustada fue espeluznante», reconoció la mujer que en primer lugar pensó que se le derramó algo en la ropa.
Por ende, nuevamente fue a visitar a los profesionales de salud y tras un análisis de sangre más una ecografía, detectaron que Herfel tenía cáncer de ovario en una fase avanzada.
A ella le extrajeron el útero para que se salve, así como también se sometió a sesiones de quimioterapia.
No obstante, la enfermedad no la dejó del todo ya que Sierra nuevamente reaccionó de manera llamativa en el 2015 y 2016. El cáncer regresó en el hígado y en la zona pélvica.
«Le debo mi vida a esa perra. Ella realmente ha sido un regalo para mí. Nunca se ha equivocado», refirió según el portal TN.
No es la primera vez que un perro detecta una enfermedad terminal en su amo. Lo mismo ocurrió con Blat, un cruce de labrador y pitbull que pertenece al Hospital Clínico de Barcelona cuyos doctores explotan la habilidad del peludo quien puede detectar por medio de una muestra, si el paciente tiene alguna patología. También está Bessie quien es una Collie que detectó leucemia en la pequeña del hogar, una niña de 2 años a quien olía constantemente y no se separaba de ella.