Ceferino Añazco de 74 años escuchó que alguien golpeaba la mano frente a su vivienda. Al salir al patio a verificar ocurrió la desgracia, ya que al apoyarse por su portón recibió la fuerte descarga.
El hombre era amante de las orquídeas, y porque se las robaban constantemente, decidió colocar el cerco eléctrico.