Samuel Foster trabaja en un local en Clemson, Carolina del Sur, Estados Unidos. Estaba preparando el sitio para unos universitarios cuando una tormenta sopló intensas ráfagas de viento mientras se aferraba al puntal de una carpa.
Un vecino captó el momento en que Foster y una mujer eran elevados por el vendaval. Ella se recuperó rápidamente, sin embargo, él salió disparado a una altura de seis metros.
«Me tomó un segundo darme cuenta lo que pasaba. Lo único que pensaba era que debía aterrizar en el techo», expresó Foster. Fue a parar contra la canaleta de su lugar de trabajo y de allí al suelo.
Debido a esta contusión, le cosieron por encima de los ojos. Toda esa zona está llena de moretones, pero vivió para contar esta experiencia. Ya fue dado de alta, según CNN.