Ricardo ‘el Mono’ Tavarelli, exjugador de Olimpia, mencionó que ser barrabrava es un negocio que involucra muchas veces a los políticos y a las drogas. «Es un mal enquistado en nuestra sociedad», expresó.
Aclaró que los dirigentes no se involucran en la entrega de entradas o buses para movilizar a estos barrabravas, aunque reconoció que él sí dio camisetas. En lo único que se inmiscuyen las autoridades de clubes es en la logística de estos grupos cuando hay eventos internacionales en el que es necesario invertir dinero para la compra de fuegos pirotécnicos, cartulinas para los mosaicos, «entre otras cosas que alimentan el espectáculo».
Por su parte, Raúl Zapag, presidente de Cerro Porteño, pide diferenciar a estos grupos violentos de los hinchas organizados. El primer grupo no es bienvenido en la Nueva Olla.
Es más, dijo que tras un acontecimiento violento en uno de los primeros encuentros estando él en la presidencia, tomó la decisión de identificar a los referentes y denunciar a aquellos sujetos que causaron disturbios esos días. «Hay muchos hinchas y socios que fueron declarados personas no gratas para el ingreso del estadio», indicó para Algo Anda Mal de Noticias Paraguay.