19 abr. 2025

Crecen sin familia, aguardan ser adoptados o cumplir la mayoría de edad

Esta es la cruda vida de los 771 niños o jóvenes, «presos sin condena», que están en adopción. «El sistema les falla», reconocen.

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63 jóvenes de 17 a 18 años están creciendo en hogares de albergue, sin familia. De acuerdo a una auditoría realizada por la Defensoria Pública, los niños y niñas pasan en promedio 4 años y 4 meses en esos sitios.

«Están presos sin condenas en un lugar de donde no saben cuándo van a salir, solo tienen en cuenta que recién cuando tengan la mayoría de edad, saldrán. La recomendación internacional es que de cero a 3 años el niño o niña no debe estar institucionalizado, para eso existen otras figuras como por ejemplo las familias acogedoras. Si estuviera en condiciones, la familia biológica es la prioridad o la ampliada como un tío o abuela» afirma Lorena Segovia, Defensora General.

Según los datos recabados por la Defensoría Pública, hasta el 24 de setiembre 771 niños, niñas y adolescentes viven en los hogares esperando una familia. «Al inicio de mi gestión hice un monitoreo del 100% de los expedientes para dar un número exacto porque entre la Defensa Pública y el Ministerio de la Niñez, los datos no coinciden«, continuó Segovia.

Conociendo con exactitud los números de niños en abrigos, aparte del monitoreo, se inició un control de expedientes que hasta ahora se llegó al 20% verificando el estado procesal de cada niño donde se constató que las medidas transitorias se tornaron a no transitorias. Hay niños que están más allá de los 4 años.

A partir de estos datos se pretende agilizar el tiempo de permanencia en los hogares. La Defensoría está trabajando conjuntamente con el Ministerio de la Niñez y el Poder judicial para contar con un diagnóstico de la situación identificando los problemas de los procesos que no se acaban, de tal manera a urgir los plazos.

El «hogar abrigo» es el último recurso, y que es temporal, para un niño que está en proceso de adopción, en caso de que no lo pueda acoger su familia ampliada. Posteriormente se somete a una audiencia con un juez en donde puede elegir en qué sitio quedarse: Su familia abrigo o la extensión de su familia biológica. Esto dice el protocolo, sin embargo, hay un altísimo porcentaje en donde los niños nunca son escuchados, siendo que ellos deben expresarse sobre alguna medida que les afecte.

Otro problema encontrado es que una vez activada la búsqueda y la localización de su familia, no se encuentran los informes del Defensor de la Niñez y juzgado o directamente no es activada la búsqueda.

«Entonces el niño permanece archivado en el hogar porque nunca se cumple el primer paso que le permitiría salir» dice la responsable de la Defensoría Pública. Otra falencia detectada es que tiene que haber un equipo técnico que debe estar evaluando la situación del niño o niña, si es que puede volver a esa familia o no.

“Es muy grave lo que esta pasando con estos niños, el sistema les está fallando” afirma la entrevistada.

Las tres instituciones (Niñez, Defensoria y Poder Judicial) están realizando una consultoría internacional con el objetivo de contar con diagnósticos y recomendaciones desde la experiencia foránea con el fin de mejorar los servicios.

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