Ala es una perra hiperactiva, muy social y no agresiva. Tiene ese deseo intenso de jugar con los objetos de recompensa cuando busca su objetivo; paquetes de drogas.
Es una hembra de raza pastor belga malinois. Tiene 10 años de edad y por 9 años sirvió a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) para detectar sustancias ilícitas. Tras este trabajo, será condecorada para pasar a retiro.
Ella fue adiestrada para tener una «indicación pasiva», es decir, cuando encuentra el olor para lo cual fue entrenada se siente al lado del objeto. «El perro juega mientras nosotros trabajamos», afirma el suboficial de Infantería de la Marina Victor Acuña Thomen, adiestrador de canes de la Senad.
Lejos de la creencia, al can antidroga en ningún momento se le dopa para que posteriormente reconozca esa sustancia. «La guiamos mediante técnicas de impregnación del olor de la sustancia por medio de juegos en la caja de adiestramiento, que son cajas con agujeros donde se oculta la sustancia, en donde generalmente utilizamos seudodrogas que se crean en los laboratorios para simula el olor de la droga real sin el efecto narcótico”, expresó Acuña.
Ala participó en varios operativos, uno de ellos fue en el 2013 donde detectó un cargamento de cocaína de seis kilos que iba en una maleta de doble fondo a Amsterdam, Holanda.
Nuestra heroína tenía un año de edad cuando llegó a la Senad a través de la Embajada de los Estados Unidos, entidad que entregó y crió a la cachorra.
Aclaran que cuando deje de prestar servicio, no quedará desamparada. Ala será adoptada por un guía que es militar y funcionario de la Senad quien lo mantendrá en las condiciones que necesita debido a su edad.
