La plaza Juan de Salazar o la plaza de Armas no están registradas en ordenanzas municipales. Ambas forman parte del conjunto de plazas de la Independencia. Estos conocidos espacios están ubicados frente al excabildo hoy Centro Cultural de la República.
En la época de la conquista se llamaba Plaza Mayor, según relata el historiador Gustavo Laterza. Cambió su nombre en 1903 para llamarse Constitución. Finalmente en la década del 40 pasó a adquirir el nombre de Independencia en cuyo centro se erige una estatua en honor a la Independencia.
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Se lo denominó así porque en ese sitio se llevaron a cabo los principales actos del 14 y 15 de mayo de 1811. En dicho lugar se asentaban los cuarteles y en el siglo XIX se construyeron las casas de los gobernadores españoles, entre ellos la de Velasco, quien se encontraba en dicho lugar cuando fue intimado por los próceres la noche del 14 y madrugada del 15 de mayo del 1811.
También en ese mismo sitio se estableció la casa del Dr. Francia, gobernó ahí durante 26 años. Fue su casa de gobierno y su domicilio particular. Decenas de décadas después, las tropas militares se concentraron en ese lugar durante la Revolución de 1904.
También en esa plaza se instaló luego de la Guerra del Chaco, como trofeo de guerra y símbolo de la victoria, un tanque boliviano capturado durante la contienda. Después de la caída de Stroessner, como un gesto de amistad, se decidió devolver el tanque a los bolivianos.
Alrededor de los años 20, la plaza de la Independencia se divide a través de calles, transformándose en seis fracciones:
1 – El sector ubicado frente al Centro el Cabildo, el cual suele ser un punto de concentración de manifestantes.
2 – También está la ubicada a la izquierda del excabildo, llamada Paseo Irala.
3 – Del otro lado se encuentra otra plaza pequeña sin nombre.
4 – Está el espacio que cuenta con una fuente que no opera, frente al expalacio legislativo, con la estatua Juan de Salazar,
5 y 6 – La fracción donde está la estatua de un perro, frente a la Comandancia de la policía está dividida en dos. Lo separa una calle.
¿Por qué la división? Seguramente consideraron que había que abrir dos calles frente al Cabildo para el ingreso. Es por eso que prolongaron una cuadra más Nuestra Señora de la Asunción y Chile.
Nombres inexistentes
“En Asunción nunca hubo una plaza con el nombre de Armas”. En ese lugar había anteriormente un cartel que decía «plaza de la Independencia» pero en una de las manifestaciones, lo arrancaron y nunca más volvieron a colocarlo.
Tampoco existe plaza alguna con el nombre de Juan de Salazar. Supone el historiador que como la gente necesitaba referencias para las ubicaciones, y la estatua se encuentra allí en medio, lo empezaron a llamar de esa manera. De acuerdo a la investigación del historiador, no existe en los archivos ordenanza municipal alguna que nomine a estas «plazas».
“Para regularizar esta situación, los concejales de Asunción tienen que reunirse y formar una comisión de nomenclatura. Tienen que estudiar caso por caso qué nombre le van a poner a los espacios” dijo Laterza.
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El historiador sugiere que se mantenga el nombre de la plaza Independencia o que se le llame al conjunto de plazas, Independencia, porque allí se realizaron los principales hechos de este acontecimiento histórico.
“Sería muy triste poner nombres de fantasías con lo que históricamente no tiene nada que ver”.
LEY Nº 6284: QUE DECLARA PATRIMONIO HISTÓRICO NACIONAL LAS PLAZAS: INDEPENDENCIA, JUAN DE SALAZAR Y LA DE ARMAS DE LA CIUDAD DE ASUNCIÓN.
Absolutamente inconstitucional es esta ley afirma el concejal Federico Franco. “El cuidado de las plazas es una cuestión básica municipal. El Congreso no tiene atribuciones para nominar espacios públicos”. Además estas plazas son parte del centro histórico, por lo tanto, está protegido por la comuna.
Esta ley transfiere competencia que son exclusivas y excluyentes de la municipalidad a la Secretaría de Cultura y a la Policía Nacional. «Eso es lo más grave», criticó el edil Franco.
Hoy la municipalidad es la responsable de lidiar con las ocupaciones de estos sitios, sin intervención de la Secretaría de Cultura. Tampoco de la policía. “Obviamente eso corresponde a las municipalidades”, acotó Franco.