El buzo paraguayo que quiere reflotar buques de guerras

El buzo paraguayo que quiere reflotar buques de guerras
Fotos: Gentileza

Apasionado por reflotar parte de la historia, un buzo profesional intenta confirmar la presencia de buques de guerra de la Triple Alianza debajo de las aguas.

«Fue muy grande lo que nos pasó durante la Guerra de la Triple Alianza. Este era el país más poderoso del mundo, sin deuda externa, ni analfabetos. El país más poderoso del mundo, eso fuimos” repite apasionado Amado Arias.

Par dar una idea, durante aquella época, en Ybytymí departamento de Paraguarí, habían 24 escuelas y actualmente solo existe dos y en pésimo estado, menciona indignado Arias. “Vinieron a tratar de exterminarnos y a pesar de eso, nos levantamos, no valoramos esa parte de la historia”.

Todo comenzó con el interés patriótico que tenía Arias, y su especial atención con el buque de guerra Río de Janeiro, «el barco más poderoso en esa época». Según comentó, Inglaterra donó al Brasil para atacar a Paraguay. «Era el orgullo de ellos por eso llevaba el nombre de la capital del Brasil de aquel entonces. Sin embargo, acá vino y se hundió con cañones paraguayos y balas de fabricación paraguaya por eso tiene una gran importancia para mí», explica Amado.

Él es un buzo de rescate y de reflotamiento, con registro profesional otorgado por la Prefectura Naval. En el país contamos con decenas de buzos, además de los de la Armada, pero actualmente son ocho quienes ejercen la profesión. Pero eso no es tan llamativo como el sentimiento de encontrar parte de la historia paraguaya recorriendo las aguas.

«Los de la Marina buscan a ahogados, yo también antes me dedicaba a eso. Pero ahora esa función les dejo a los de la Armada por que no quiero cobrar por una desgracia ajena”, agregó el entrevistado.

Durante sus viajes al Interior conversó con los pobladores y aprendió mucho de historia escuchándolos. “La historia oral es importante”, refirió.

Así fue que este buzo profesional llego hasta el barco de la flota de guerra paraguaya que se encuentra en el río Manduvira muy cerca de la desembocadura del Yhaguy, sin identificar el nombre aún, pero durante la inspección de buceo se pudo comprobar que la proa se encuentra aguas abajo y que en la cubierta superior se encuentra un cañón con el casco enterrado en la arena. Este procedimiento lo hizo a pedido de una empresa privada que contrató sus servicios.

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Aproximadamente hace 12 años llegó hasta el barco de la flota paraguaya llamada «Itapiru» que se encuentra en el río Manduvirá cerca de Arroyos y Esteros y el Puerto Tovati Tuja.

En el 2001 vio que el barco de la flota de guerra brasilera, presumiblemente el Río de Janeiro o el Eponina, se encuentra en el riacho Kurusu, aguas abajo del Curupayty. «Estaba visible, sin necesidad de ingresar al agua», comentó.

Hace unos días fue confirmado un barco ubicado en el río Yhaguy, en la zona de Primero de marzo, aguas abajo del Caraguatay. Hasta el momento no se identifico aún el nombre. Lo que sí se ubicó fue un ancla en la casa de un vecino.

Arias tenía conocimiento a través de pobladores de la presencia del buque Paraguarí, donde no fue necesario ingresar debido a la bajante del río.

Le falta confirmar la presencia del barco de la flota de guerra paraguaya Tacuary en el riacho Guaycuru, brazo del río Paraná en aguas Argentinas, cerca de la confluencia en la Provincia del Chaco Argentino.

También, todavía no tiene nombre identificado, pero según datos que le pasaron los lugares en la laguna Tajy cerca de Paso de Patria, se encuentra un barco de la flota de guerra brasilera.

“Encontrar no es el problema, reflotar es el problema. Para sacar una embarcación se improvisa. Todos los barcos son diferentes, todas las situaciones también. Hay lugares donde corre mucha agua, o donde no hay visibilidad”, manifestó.

Insta a aprovechar estos momentos de bajo nivel de los ríos. Durante 15 años Amado golpeó puertas para conseguir ayuda para estos hallazgos, pero no encontró respuestas de ninguna autoridad e instituciones. «Famoso, no hay presupuesto», comentó.

Hasta que finalmente se conformó la Comisión Nacional de Puesta en Valor y Recuperación del Patrimonio Tangible de la Historia del Paraguay a quienes ofreció sus servicios en forma gratuita.

“Solamente se le va pagar a la gente que me ayuda y los materiales que necesito”. Amado Arias comenzó su labor en 1998, en aquel momento eran cinco buzos. Hoy cuenta con 40 años.

“Nosotros tenemos la tercera flota más grande en agua dulce de barcaza. Yo le hago servicio a esas empresas privada” finalizó.