04 may. 2025

Antes de explotar tu bomba, pensá en ellos

Niños pequeños, ancianos, chicos con alguna condición y animales.

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Además de los daños físicos que la pirotecnia puede producir a quienes la manipulan, también provoca estrés a personas con algún tipo de trastorno, ancianos, niños y a animales.

Diciembre se caracteriza por las fechas festivas y el uso de bombas de estruendo se vuelve habitual. Estos sonidos fuertes causan efectos de tensión y momentos no agradables en algunos hogares.

En los niños menores de cinco puede causar un gran susto porque no forma parte de su cotidianidad los ruidos fuertes. Esto podría provocar el llanto desesperado de los pequeños.

Esta situación se acentúa cuando tienen algún tipo de trastorno como autismo o Asperger hasta el punto de provocar una crisis. El psicólogo Mario Torres aconsejó a los padres o hermanos mayores rodear a los niños, contenerlos, abrazarlos o alzarlos.

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También aconsejan principalmente a los pequeños con alguna condición que se le busque un lugar donde llegue la menor intensidad de sonido para mantenerlos allí durante el tiempo en que duren las explosiones. Otra opción es escuchar una música suave para calmar los ánimos.

Otra de las víctimas de las pirotecnias son las mascotas. También aconsejan ubicarlos en habitaciones donde no se recibe tan intensamente los sonidos o el uso de algodones para atenuar la intensidad del sonido.

Psicológicamente hablando, el ser humano es habitué de comprar bombas pirotécnicas como un símbolo de festejar el inicio de algo que está por llegar, preparando una bienvenida.

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