Las cuatro personas inmortalizadas en la Basílica

Las cuatro personas inmortalizadas en la Basílica

Durante la construcción de la nueva Basílica de Caacupé no podían faltar los vitrales el cual es una característica de edificios importantes y grandes catedrales del mundo y tienen un gran valor cultural, histórico y espiritual.

Por ello fue contratado el artista de Curitiba Brasil, Adoaldo Lenzi, famoso por grandes obras en iglesias dice el padre, Marciano Toledo de Caacupé.

Los mejores vitrales fueron traídos de Europa, específicamente de Bélgica. A través de ellos se puede observar en la parte superior, hacia arriba, la vida de Jesús durante el nuevo testamento. En el centro, el gran vitral, retratando la leyenda de la Virgen.

También están presentes San Juan Pablo II, papa que visitó el país en ‘88 y fue el primer Sumo Pontífice en bendecir la basílica.

Otro clérigo presente es el obispo Juan Sinforiano Bogarin, cuyo sueño dorado fue hacer una casa digna y hermosa a la madre María.

Otra de las personas importantes de aquellos tiempos fue el padre Juan Ayala Solis que siendo párroco, acompañado por los lugareños, colocó las primeras piedras para los cimientos del Santuario.

Y no podía falta Mons. Ismael Rolón por ser el primero obispo de Cordillera.

De los citados, solo Juan Pablo II pudo observar su vitral en la Basílica.
Los cuatro fueron elegidos por una comisión conformada en la década del ‘80 por autoridades eclesiales y pobladores de Caacupé.

Estos vitrales actualmente se están moviendo por los fuertes vientos actuales y ya están necesitando reparación dijo el padre Toledo.