Diego Molinas y su padre, dueño de una chipería, son los creadores de esta chipa paraguaya sin gluten que lo venden frente al mar. Cada día vende a los turistas dos canastos llenos del producto a un precio de 70 pesos cada uno (alrededor de G. 7.000).
Sus padres son de Buenos Aires y en el 2014 quisieron experimentar el éxito del manjar paraguayo en playas argentinas. «Trajimos 1.000 chipas y en un fin de semana vendimos todo. A partir de ahí decidí instalarme todo el verano y luego durante el año», expresó a Infobae.
El negocio creció y de la capital de Argentina pasaron a tener otros dos locales en Pinamar y en Mar Chiquita. «Distribuimos chipa en Mar de Ajó, San Bernardo o San Clemente», explicó.
La jornada de venta de Diego arranca a las 10 y termina a las 18 o a las 19. «Somos 5 vendedores. Y somos los originales, porque acá nadie vendía chipa cuando llegamos. Ahora sabemos que otros lo hacen, pero también nos diferenciamos del resto porque estamos habilitados y cumplimos con lo que dispone la Municipalidad de Pinamar», continuó resaltando además otro elemento que lo diferencia de los demás que es el logo SIN TACC que significa que sus productos no tienen gluten.
Para que su producto no tenga esta sustancia que puede ser contraproducente para los celiacos, utilizan fécula de mandioca.
«Tenemos una gran aceptación en la playa. Si el día está lindo puedo llegar a vender 400 chipa. Tengo que llamar a la chipería, decirles dónde estoy y que me traigan más mercadería. A la gente le gusta mucho», siguió el compatriota. Con este trabajo logró instalarse en Ostende con una casa y un auto.