Farouk James es un pequeño que conquista las pasarelas con su inusual cabellera. Su madre intentó inscribirlo a una institución educativa, pero «por el reglamento que impone ciertos cortes de cabellos», no lo admiten.
Ella opinó que están desactualizadas las normativas e incluso refirió que hay un tinte de discriminación contra su pequeño por este tipo de prohibiciones retrógradas.
Incluso la madre está barajando la posibilidad de inscribir a su hijo como una persona de sexo no binario con el fin de que le permitan ingresar con el cabello largo.
El pequeño ama su cabello y dice que le da un toque encantador. «Si me obligan a cortarmelo estaré realmente muy triste y enojado», dijo.
Su mamá ahora impulsa una campaña a través de las redes sociales para que las instituciones educativas británicas no impidan el acceso a la educación a ningún niño por algún rasgo particular que lo identifique.
