Esta joven de 15 años, mientras se recuperaba del dengue que padecía, tragó accidentalmente su bracket que quedó alojado en el esófago.
Esto le produjo vómitos continuos y la imposibilidad de tragar alimentos. El mayor temor de los intervinientes es que este elemento metálico le perfore el esófago y le produzca sangrados.
Afortunadamente, ninguno de los malos pronósticos sucedió. Fue sometida a una intervención quirúrgica en donde satisfactoriamente le extrajeron el frenillo.
Para evitar este tipo de sucesos, los médicos recomiendan chequeos frecuentes para que los odontólogos realicen los ajustes necesarios a estos aparatos dentales.