La Policía de Nueva York abrió una investigación después de que se recibieran llamadas de vecinos de Brooklyn que reportaban un fétido olor de un camión de mudanzas.
Cuando los agentes llegaron hasta el sitio encontraron los cuerpos ya sin vida almacenados en el móvil, todos en estado de descomposición.
Una fuente policial concretó posteriormente a medios internacionales que dos remolques sin refrigerar en el exterior de la funeraria de Andrew T. Cleckley contenían cada unos 50 cuerpos.
Según la Policía, los cuerpos estuvieron en los camiones de alquiler durante más de una semana, en estado de descomposición en algunos casos, que fue lo que causó el mal olor.