Familias enteras del Bañado Sur, en su mayoría gancheros de Cateura, claman por acceder al programa Ñangareko, ya que muchos de ellos ya no tienen nada que comer.
“Prefiero morir de coronavirus que de hambre”, mencionó una de ellas quien aseguró que ya no tienen nada que comer por no estar trabajando.
Aseguran que la nueva disposición de tener un chip telefónico a nombre del beneficiado, complica de sobremanera a muchos adultos mayores que ni siquiera cuentan con un móvil.