El físico del Instituto Wizmann de Ciencias de Tel Aviv, Israel, Uri Alon, desarrolló una estrategia matemática que propone flexibilizar los bloqueos ya que si se extienden estas estrictas medidas, los daños económicos serán difíciles de superar.
Él propone dos días actividades laborales y cinco de cuarentena o cuatro días de trabajo y diez de confinamiento. De esta forma, los trabajadores que se infecten, se aislarán sin que el virus se expanda y sin que sea un riesgo a la hora de retornar a la oficina.
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Pero para aplicarlo es necesario que un país haya sufrido el pico de la enfermedad y los números vayan en descenso después de una o dos semanas consecutivas. Seguramente tendrá variaciones de acuerdo a cada realidad de las empresas, sin embargo, insta a probarlo y en el caso de que no resulte, «se puede volver al cierre total».
Con esta cuarentena parcial hay alto riesgo de infección, aunque él llegó a la conclusión de que la crisis pueda ser controlada y devolver un respiro a la situación económica de cada país. No variará las limitaciones durante la interacción social, las estrictas medidas de higiene y las personas en grupos de riesgo no podrían salir.
El modelo del Instituto Weizmann busca contribuir en las necesidades psicológicas de un mundo que está conmocionado y las personas necesiten sentirse productivos, retornar de a poco a sus rutinas hasta retomar una vida cuasinormal, escribió Clarín.