Esta crítica situación se debe a que el riacho está prácticamente seco por la falta de agua que es consecuencia de la prolongada sequía que sufre el territorio chaqueño.
Especies como el bagre y anguila de diferentes tamaños, son los que perecen y agonizan al costado de la ruta, en un riacho donde solo hay barro debido a la falta de lluvia.
Esta situación no solo afecta a los peces, también a decenas de productores ganaderos y horticultores. La última vez que hubo precipitaciones, fue la semana pasada pero en una cantidad muy insignificante que no lleno la expectativa de los pobladores para poder llenar los tajamares, aljibes y otros recipientes para colectar el líquido vital para el consumo humano, animal y regar las hortalizas.