Tobe Bailey de 49 años, de Margate Reino Unido, se cansó que dos a tres vehículo estacionen frente a su vivienda, bloqueándole la entrada.
Decidió dar un ultimátum, con un cartel en donde advertía que estaba prohibido estacionar allí. No hubo caso.
Es más, había días que acampaba para dar con el propietario de alguno de los rodados.
«Me senté en el balcón, abrí una lata de cerveza y esperé. No pasó nada. Me fui a cenar y el auto seguía allí cuando volví», relató. Fue a dormir y el auto amaneció frente a su puerta.
Este hombre casado y con 7 hijos decidió tomar cartas en el asunto. Con un plástico negro, y sin dañar el bien ajeno, envolvió por completo el rodado hasta que apareció la dueña.
Se sorprendió, pero no lo tomó a mal ya que reconoció su infracción. «Dijo que le había parecido muy gracioso y prometió que no estacionaría más en ese lugar», comentó Bailey según el portal TN.