Para la Justicia de Brasil, el empresario André de Camargo Aranha «no tenía intención» de violar a Mariana Ferrer de 23 años en una fiesta en Florianópolis, en el año 2018. Ella estaba bajo los efectos de la droga y el alcohol.
La Fiscalía estuvo a favor de esta inédita postura. Argumentaron el empresario no tenía forma de saber que la joven estaba en esa situación de vulnerabilidad por lo que no ‘tuvo intención de violarla’.
En medio del proceso, según medios de prensa brasileños, hubo cambios de agentes, desaparecieron pruebas y cambió constantemente la versión de Aranha.
Por ejemplo, el fiscal Alexandre Piazza afirmó categoricamente que el hecho se trató de una «violación de personas vulnerables» debido a que la víctima no podía dar su consentimiento ni defenderse de las intenciones del empresario.
Piazza renunció al caso y asumió Thiago Carriço de Oliveira quien caratuló el hecho como ‘violación culposa’. Posteriormente el hecho pasó a manos del juez Rudson Marcos, del 3º Juzgado de lo Penal de Florianópolis, quien estuvo de acuerdo con la versión del Ministerio Público. Este ‘delito’ no figura en el Código Penal del Brasil, y como ningún brasileño puede ser condenado por un hecho punible inexistente, Aranha fue sobreseído.
Pero las formas de violencia no pararon acá. El abogado de Aranha, Cláudio Gastão da Rosa Filho dijo en una audiencia virtual que la víctima inventó la historia para ganar seguidores en Instagram, por lo que dijo que «nunca tendría una hija así».
A través de redes sociales hay un movimiento que exige justicia para Mariana Ferrer a través de los hashtag #justicapormariferrer y #MarianaFerrer, informó el portal RT.