Hasta esta mañana Johnny Walker quedó demorado por ser el sospechoso de la desaparición de Rocío Chaparro, expareja con la que tiene tres hijos. Esta se comunicó con él y acordó su comparecencia en una comisaría y así lo hizo.
Aclaró que tenía pretensiones de dejar el país para convivir con su nueva pareja. Ante esta irresponsable acción que casi condenó el futuro de Johnny Walker y sus hijos, la mujer ahora está siendo investigada.
«Lloré de la emoción cuando me enteré que apareció. Estaba viva, y no soy el culpable de nada. Tenía miedo que le pase algo», refirió, alegando además que no siente rencor contra ella.
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Su caso además es un estirón de oreja a los medios de comunicación y a la ciudadanía que se apresuró en condenarlo pese a que él ni siquiera fue imputado.
«Hay que saber bien las cosas. Todavía ni terminó el trabajo de la Fiscalía y ya me acusaban», criticó.
Ahora prevé limpiar su imagen innecesariamente manchada. Recordó que tiene un puesto de venta de lomitos sobre la calle Charles de Gaulle y Quesada, en inmediaciones de centros comerciales.