Un 8 de diciembre que queda para la historia, una Basílica de la Virgen de Caacupé vacía a causa de la covid-19, pero con la fe intacta de los millones de fieles quienes siguieron la misa central desde sus hogares.
La homilía del monseñor Ricardo Valenzuela apuntó a la fe y esperanza en un momento tan delicado como la pandemia.
No dejó escapar para criticar la época en la que se vive, “dejándonos absorber por un mundo que nos dejan ciegos y no percibimos lo que sucede a nuestro alrededor. Como el intento de instalar el tema de la legalización del aborto, que constituye una amenaza a la racionalidad pues agrede vida, familia.” Aseguró.
Aseguró que la pandemia desnudó las necesidades del pueblo y la del problema de encontrar soluciones para todos. “Estamos en el mismo barco y solo es posible salvarnos a nosotros mismos, si todos colaboramos para que todos se salven.” Sentenció.