Durante la mañana del Domingo de Resurrección, el Papa Francisco reconoció que las vacunas son la herramienta esencial de la lucha contra el coronavirus. En ese sentido, insta a los países más ricos a compartir vacunas con los más pobres.
«En el espíritu de un ‘internacionalismo de las vacunas’, insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres», expresó en su homilía.
La bendición Urbi et Orbi fue emitida en directo, ya que por la pandemia solo pudieron asistir alrededor 200 personas. La celebración se realizó dentro de la basílica de San Pedro y no desde el tradicional balcón.
En otro momento, el sumo Pontífice recordó al personal de blanco y rogó para que Dios les conceda consuelo y sostén a sus fatigas.