Desde que ganó USD 55 millones en la lotería de California hace 10 años adoptó un perfil bajo. Se compró una camioneta y una casa que comentó a sus allegados que la estaba alquilando.
Este sujeto confesó su secreto a través de una carta anónima que publicó en un diario: «nunca se lo dije a mis padres, ni a mi hermana, ni a nadie» con la intención de que no le pidan dinero.
Aclaró a través de su misiva que no donó ningún dolar a nadie ni siquiera a caridad, ni prestó dinero a amigos o familiares. «Si lo hiciera, estaría arruinado», comentó.
Ahora tiene 67 años, sin gastar mucho dinero, ni teniendo hijos. Sus padres fallecieron y está distanciado de su hermana y el esposo de esta. «Afortunadamente no tiene idea de donde vivo».
«¿Me equivoqué al no decírselo a nadie?», continuó su carta con esta pregunta y firmó al final: «un ganador de lotería de bajo perfil».