Muhamad Mutaza de 41 años se llevó la mano a la frente cuando recibió la factura de su tarjeta de crédito que ascendían los 1.300 euros lo que equivale USD 1.800 o G. 12 millones.
El monto se resume en 30 transacciones en una hora provenientes de un juego de su celular, que suele prestar a su hijito de 7 años. No estaba activado el control parental.
«Inicialmente, creí que fui hackeado. Nunca creí posible gastar esa cantidad de dinero en un juego de niños», refirió Mutaza, según el Daily Mail.
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El pequeño justificó que fue «presionado» por la aplicación para realizar compras múltiples para no perder la partida con la muerte de su héroe del juego.
Para saldar la deuda tuvo que vender su automóvil. El señor Mutaza está considerando tomar acciones legales por este caso contra la marca de su celular.