Corinna Smith de 59 años, un madre de Liverpool, fue condenada a cadena perpetua por asesinar premeditadamente a su esposo, Michael Baines de 80 años. Debe esperar al menos 12 años de prisión para solicitar la libertad condicional.
Smith mezcló agua y azúcar para derramar el líquido hirviendo sobre su esposo mientras dormía. Esto le provocó quemaduras en más del 35 % de su cuerpo y tras varias cirugías con injertos de piel, murió cinco semanas después.
«Arrojar agua hirviendo sobre alguien cuando está dormido es absolutamente horrible. El azúcar hizo que el líquido fuera más viscoso, espeso y pegajoso, de modo que se quedaba en la piel y causaba un daño mayor», explicaron los fiscales del caso, según el portal español ABC.
Esta reacción se originó porque una de las hijas de Smith le habría confesado que fue abusada sexualmente «por años cuando era niña», así como su hermano que murió en 2007.
Los jueces constataron que no hubo denuncias previas contra Baines para probar las acusaciones. Además, omitió el auxilio de su víctima tras cometer el hecho.
«Aunque el trasfondo brinda alguna explicación de por qué hizo lo que hizo, estoy seguro de que sabe que no puede ser una excusa. Sus acciones no pueden comenzar a justificarse independientemente de lo que usted creía que había hecho su esposo», le dijo el juez.