Los presuntos asaltantes se hicieron pasar por vendedores de libros e ingresaron al local de una librería que funcionaba en la vivienda de Alberto Bóbeda, un docente jubilado.
En la ocasión solo estaba presente Noelia Martínez, empleada del local, a quienes los presuntos delincuentes intimaron con un arma blanca.
Los supuestos autores se alzaron con G. 25.600.000 luego de buscar por varios minutos en la vivienda y huyeron a bordo de una motocicleta.
Desafortunadamente, el local no cuenta con sistema de circuito cerrado por lo que se dificulta la tarea policial de identificar a los sujetos.