Con los pupitres en la intemperie y bajo la trémula sombra de algunos árboles, docentes y alumnos de la Escuela Inmaculada Concepción, de la ciudad homónima, cumplen con las actividades lectivas desde hace tres años.
La directora de la institución, Teresa Galeano, manifestó que están obligados a trabajar de esta manera ante el riesgo de derrumbe de dos pabellones de la institución.