La epidemia silenciosa: Los remanentes de la pandemia en la salud mental

La epidemia silenciosa: Los remanentes de la pandemia en la salud mental
Foto: ilustrativa - web

Los problemas económicos, el fallecimiento de seres queridos, el prolongado temor y otras cuestiones que afectaron la salud mental de la gente tras los peores momentos de la pandemia de la covid-19 quedan como un peso en el hombro de las personas que deben reactivar su vida social y laboral actualmente.

Para la psicóloga Martha Miranda, las empresas deben considerar la salud psicológica de sus empleados que, a la par de realizar sus esfuerzos diarios en su lugar de trabajo, no pueden dejar de lado, naturalmente, sus problemas personales que le generan un entendible estrés que, a su vez, puede generar bajos rendimientos, ausencias por enfermedades psicosomáticas e incluso errores por desatención y, en el peor de los casos, accidentes.

En ese sentido, la profesional recomienda que las empresas establezcan espacios en los que sus colaboradores puedan expresar sus problemas y cómo les afecta la situación actual a fin de aligerar la presión que padecen.

«Todos estamos cargando mochilas muy pesadas, todos hemos tenido pérdidas en esta pandemia. Si nosotros como empresarios queremos que nuestro negocio siga funcionando con éxito, tenemos que atender eso escuchándolos, sintiendo lo que ellos tienen dentro de ellos y tomar decisiones con base en eso», explicó.

Por otra parte, apuntó que otro factores que afectan psicológicamente a las personas son los cambios en la estructura de las empresas, es decir, no encontrar a los viejos compañeros en sus lugares de trabajo y la incertidumbre laboral por la crisis económica que obliga a muchas empresas a desvincular o suspender a sus colaboradores.

«Estas preocupaciones vienen en cascada, del trabajo va a la familia», sostuvo.

Depresión infantil

El fenómeno de los suicidios infantiles y adolescentes no estuvo al margen de los efectos económicos de la pandemia. El largo confinamiento arrebató a los adolescentes un espacio de socialización vital que servía como vía de escape ante las presiones cotidianas.

De hecho, en lo que va del año, se registraron 294 suicidios, de los cuales 34 son menores de edad.

La psicóloga María Esther Benítez aseguró que los más pequeños sufren más que los adultos de la problemática porque, a pesar de que cuentan con soportes digitales, no es la vía de contención eficaz, como sí lo es el soporte familiar.

«El desconocimiento, la incertidumbre, el dolor, es lo que hace los chicos que no tienen herramientas emocionales fuertes todavía. Cualquier cosa que les pase, por ejemplo romper relaciones amorosas, sufrir bullying cibernéticos, les hace mal, no tienen soportes emocionales», señaló.

La profesional explicó que es preocupante la tendencia al suicidio de los adolescentes, a pesar de que los números aún no son demasiado pronunciados.

Instó a lo padres a ofrecer la contención emocional a sus hijos y escucharlos.