Según los reportes, el abusador, su propio padrastro, controlaba los ciclos menstruales de la menor y al percatarse de los retrasos en su regla la raptó y la llevó a una vivienda en la que operaba una clínica clandestina en el barrio Paz del Chaco de Ciudad del Este.
La niña fue sometida a tratos inhumanos ya que fue encerrada en una habitación y la alimentaban con arroz con queso una vez al día y no le daban de beber durante tres días.
Tras la interrupción de su embarazo, las mujeres que la sometieron a la ilegal intervención la dejaron cerca de su vivienda en Ciudad del Este.
Los abusos habrían empezado cuando tenía 9 años, de acuerdo con datos que maneja el Ministerio Público, que actualmente busca a dar con el paradero del padrastro que ya cuenta con orden de captura.