El tío de la víctima manifestó en contacto con Monumental 1080 AM que Pablo Cabrera se caracterizaba por sus ánimos de emprender por su cuenta y una simpatía con la que ganaba la confianza de sus clientes.
«Él era un muchachito que trabajaba en una fábrica de Villeta, pero él no quería tener jefes, entonces decidió emprender y comenzó a vender asaditos frente al IPS de Villeta», manifestó con congoja Ayala.
Destacó que Pablito, como lo llama, siempre buscó ofrecer una buena calidad a un buen precio para sus apreciados clientes. Esta convicción lo llevó a viajar todos los días desde Villeta hasta el Mercado 4 para que los costos de sus demandados asaditos no aumenten.
«Con la suba del combustible, le dije que vea sus costos y si es necesario alzar el precio de su asadito, me dijo que él hará todo lo posible para comprar las cosas más baratas, me dijo que sus clientes son importantes y no se merecen que les levante el precio», rememoró su tío.
Sin embargo, no contaba con la fatal imprudencia de un policía que, de acuerdo con testigos, realizó una maniobra imprudente cruzando un semáforo en rojo e impactando contra la motocicleta en la que viajaba Pablo.
Su tío lamentó que los sueños y el brillante porvenir de su sobrino se hayan esfumado a tan temprana edad a causa de un accidente que pudo haberse evitado si se respetaban los reglamentos de tránsito por parte del Policía.
Criticó que quiso entablar conversación con el acusado para que colabore con la madre de Pablito en los gastos de sepelio pero recibieron silencio ante sus solicitudes.
«Este policía cruza el semáforo, los que vieron ya testificaron. Quisimos hablar con él para ver si puede ayudar a la mamá con los gastos del sepelio, pero no quiere hablar y eso indigna más», lamentó Ayala.
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