Vecinos de la zona dieron la alerta a la Policía Nacional, quienes acudieron al sitio y demoraron a 6 hombres que aparentemente estaban trabajando en el sitio en el que se halló una fosa común de perros muertos.
Los sujetos vestían botas y contaban con palas y en sus manos se identificó un polvo blanco, que se presume que sería cal para cubrir los cadáveres.
Un grupo de protectores de animales acusan a un veterinario cuyo local se encuentra en la continuidad del terreno intervenido.
«Nos duele la falta de dignidad a la hora de deshacerse de los cuerpos», dijo una de las activistas.