Una gran celebración se dio en una humilde vivienda en General Aquino, donde doña Francisca nació y se crio. Sus cuatro hijos, Amanda, Amancia y Pastor Vera, expresaron su dicha de aún poder abrazar a su madre.
Indicaron que la longeva mujer, siempre fue muy sana, pero ya con los achaques de la edad perdió la audición y la vista. «Siempre fue una mujer sana y hasta ahora nos dice que ella consumía mucho coco y maní», dijo entre risas una de sus hijas.
Sus 108 años fue celebrado con sus hijos, nietos y bis netos, además de pobladores que celebran su larga vida.