Según los vecinos, hay varias viviendas abandonadas que sirven de aguantaderos para indigentes y supuestos asaltantes que, llegada la noche, salen a delinquir en los alrededores. Afirman que varios han sido captados por cámaras de seguridad ingresando a robar lo que este a su alcance.
Agregaron que, en diversas ocasiones, han sufrido de amenazas por parte de los presuntos delincuentes, quienes «se creen dueños del barrio».
Lo que más preocupa a los pobladores es la «circulación de indígenas que prostituyen a los menores» hasta altas horas de la noche en los alrededores.
Piden a las autoridades rondas nocturnas, además de la intervención del Indi o del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia para sacar a las menores de esa situación.