20 boas de 6 especímenes forman parte de un serpentario ubicado en la ciudad de San Bernardino. «Solemos juzgar de forma negativa a estos animalitos. Nos cuidan de la sobrepoblación de roedores», comentó uno de los cuidadores.
Explicó que estos animales fueron traídos de Estados Unidos y que no sobrevivirían sin la intervención de las personas. «Ellas están acá como un mecanismo de protección. Prolongamos su vida», acotó.
La intención de este espacio es meramente educativo y no reproductivo. Los machos son separados de las hembras.
Por su parte, la mordedura de estas boas no representan peligro para la integridad humana.