Francisco Luis Correa Galeano, considerado como el cerebro del crimen de Marcelo Pecci, declaró ante la Fiscalía General y con la DEA para evitar su extradición a Estados Unidos, por lo que declaró haber recibido la suma de 2 mil millones de pesos para asesinar al fiscal. Confirmó que los datos, al igual que la logística, fueron provistos desde Paraguay, por parte de una organización narco para formar un grupo de sicarios que acabe con la vida del fiscal Pecci.
Tras el testimonio de Correa, las autoridades colombianas, estadounidenses y paraguayas formaron perfiles criminales para tener una hipótesis sólida, la cual apunta al clan Insfrán y al prófugo Sebastián Marset, según medio colombiano.
La Fiscalía sabía que Marset era el líder de una organización internacional de narcotráfico, incluso recibieron un informe por parte de los agentes de Ciudad del Este un año antes del operativo Ultranza, pero no fue imputado.
El 22 de abril de este año se ordenó la detención de cinco de los siete hermanos Insfrán. Miguel Ángel Insfrán, alias «Tío Rico», pariente del pastor José Insfrán, culpaba a Pecci de la captura de Jaime Andrés Franco Mendoza, su compadre y hermano de confianza, condenado a 18 años en prisión. Pero las autoridades reportaron que Pecci no solicitó esas capturas ni haber llevado el caso.