Alevosía y planificación para asesinar; esos dos elementos se pueden observar a través de las pruebas en contra de los acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven hijo de paraguayos que fue masacrado a golpes tras la salida de una discoteca en Villa Gesell, Buenos Aires, Argentina, hace casi 3 años.
El abogado argentino Mauricio D’Alessandro explicó que la alevosía se da porque a Fernando lo atacaron de sorpresa. Ya indefenso, tirado en el suelo, lo seguían agrediendo hasta que una patada en la cabeza provoca su muerte.
Por su parte, el plan de matarlo se remonta ya en la discoteca tras una gresca en donde uno de los implicados le hace señas a Fernando aludiendo a que lo iban a matar, hecho que fue consumado minutos después.
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Por estos elementos, tanto la Fiscalía como la querella exigen que los 8 sospechosos del crimen sean condenados a cadena perpetua. «Al menos la alevosía sí ya está comprobada», expresó el jurista.
D’Alessandro también acotó que en este caso, los jueces pueden llegar a tres conclusiones: la cadena perpetua, condenar por un homicidio en riña, hecho punible que tiene una expectativa de cárcel de 6 años o sentenciar por un homicidio simple, sin agravantes, que va de 12 a 18 años de cárcel.