En uno de los procesos Silvio Salvador Zarate Encina, de 44 años, fue condenado a 27 años de prisión por la muerte de su ex pareja Fermina López, de 40 años a quien mató a golpes de hacha durante un crimen ocurrido el 18 de Diciembre del 2021 en la vivienda donde residía la víctima en el Km. 21 Monday de Minga Guazu.
Ese día Zarate se enteró que tenía una orden de captura y pesaba contra él una orden de alejamiento de su ex pareja que lo había denunciado por violencia familiar y no tuvo mejor idea que vengar a la mujer a quien sorprendió en su cama cuando estaba durmiendo, la noche que la atacó a hachazos y con un destornillador.
La misma fue auxiliada con vida pero no pudo resistir a las graves lesiones y murió en el Hospital Distrital de Minga Guazu. Luego de cometer el ataque el hombre intentó suicidarse colgándose con una cuerda de un árbol en el fondo de la vivienda de su hermano, quien se percató del hecho, cortó la soga, le salvó la vida y lo entregó a las autoridades siendo condenado por el hecho.
En otro proceso similar Nelson Dure Maciel fue sentenciado a 25 años de encierro por el feminicidio de Lisandra Chávez, de 23 años, con quien mantenía una relación extraconyugal.
El crimen ocurrió el 4 de agosto del 2020 luego de que el hombre citara a la joven para un supuesto encuentro amoroso pasando a retirarla del lugar donde vivía en Naranjal.
Simuló un paseo llevándola hasta el distrito vecino de San Cristóbal en inmediaciones del Arroyo Quemado. Según la fiscal encargada de la investigación, María del Carmen Meza, el hombre ya tenía planeada la muerte de la joven a quien mató a pedradas.
La víctima presentaba varios golpes en el rostro y la cabeza lo que le desfiguró y le produjo hundimiento del cráneo. Según los informes médicos falleció casi de forma instantánea y su cuerpo fue abandonado en la zona donde fue encontrado luego de intensas búsquedas 22 días después, ya en estado avanzado de descomposición.
Nelson Dure se mantuvo prófugo hasta que fue capturado en marzo del 2021 y sometido al proceso. Pericias científicas mediante muestras de ADN levantados del interior del vehículo del procesado que fue abandonado días después del crimen fueron fundamentales para comprobar su participación en el hecho y lo que mereció según el tribunal la aplicación de los 25 años de condena, la Fiscalía había solicitado 28 años de cárcel.