El proceso fue iniciado por el fiscal Carlos Almada, quien imputó a la pareja por violación del deber del cuidado o educación del que surge como víctima un niño de 13 años, hijo de la pareja.
Según los datos manejados por el representante del Ministerio Público, los padres obligaban al menor a trabajar en la vía pública vendiendo una supuesta rifa que era una forma de pedir dinero, también vendía caramelos. Todo el dinero que juntaba debía entregarlos mientras el menor incluso pasaba en diversas ocasiones hambre y frío.
Otro familiar de la víctima radicó la denuncia al enterarse de las condiciones en que este vivía y luego de que con frecuencia se iba a su casa para pedirle algo que comer. El denunciante también relató que las veces que se enfermaba debido a la exposición al frío y la lluvia no recibía la asistencia requerida.
Otro de los hechos graves, según los datos a los que accedió el fiscal, es que años atrás el niño consumió soda cáustica, lo que le produjo una lesión importante y le dificulta alimentarse, debía seguir con su tratamiento en el hospital donde fue ingresado, pero tras su alta los padres dejaron de llevarlo. Los médicos indicaron que hasta su recuperación total debía utilizar una sonda para alimentarse correctamente.
Esto fue totalmente ignorado por los padres, quienes, sin embargo, lo obligaban a mendigar y ni siquiera usaban el dinero que llegaba a juntar para su alimentación o tratamiento médico. Los padres quedaron a cargo del juzgado de garantías, mientras el menor quedará bajo cuidado de otro familiar.