En Hernandarias, un asistente del cuarteto arbitral y el árbitro principal fueron agredidos, según la denuncia, por jugadores del Club 4 de Octubre durante el encuentro que protagonizaba este elenco contra el Club Hernandarias por la Liga Hernandariense de Fútbol.
Se estaba jugando el segundo tiempo cuando a los 48 minutos, dentro de los 4 minutos de tiempo adicional, el árbitro sancionó un penal a favor del Club Hernandarias por una infracción de mano dentro del área penal y que fue confirmado por el asistente número 1.
Esto mereció la reacción violenta de varios jugadores del Club 4 de Octubre que primero agredieron al asistente arbitral identificado como Diego Villalba, a quien le propinaron un cabezazo a la altura del estómago, patadas en la pantorrilla, además de escupitajos en el rostro y amenazas de muerte. El mismo identificó a tres jugadores como los responsables de hecho en su denuncia, en tanto el árbitro principal Lido Javier Mereles también fue agredido a patadas e insultos de todo tipo, por lo que optó por suspender el encuentro deportivo.
En Mbaracayu otro encuentro por la Liga del Norte también fue suspendido luego de una trifulca generalizada y agresiones entre jugadores y jugadores contra el árbitro.
El incidente inició cuando se jugaba 44 minutos del segundo tiempo entre los equipos de Gleba 6 y Mbaracayu, el marcador era de un empate de 2 a 2. Según los asistentes, un jugador de Mbaracayu lesionó en la cabeza al arquero del equipo rival, a quien le propinó un fuerte chute en la cabeza.
Esto fue reclamado por un jugador de su equipo y comienza el empujón hasta que todos corren y se abalanzan contra uno de los jugadores de Gleba 6. Dirigentes y parte del público tuvieron que intervenir para apaciguar los ánimos y evitar un peor desenlace.
Dos jugadores de Gleba 6 terminaron con lesiones de consideración y fueron derivados al hospital de la Fundacion Tesai. Los incidentes no terminaron allí, ya que el árbitro también denunció que fue agredido. Carlos Alberto Peña, docente de la zona y árbitro del encuentro deportivo identificó a Ronal Bareiro, presidente del Club Gleba 6, como la persona que le propinó puñetazos en la cara y en la boca.
Ambos incidentes se habrían registrado por el excesivo fanatismo entre los jugadores, así como la falta de seguridad. En el partido disputado en Mbaracayu solamente había dos policías, ya que la comisaria local se maneja con escaso personal.