Según la denuncia presentada por Junior Franca da Silva, un comerciante brasileño residente en el estado de Mato Grosso del Sur, la primera vez que realizó la transacción en el local denominado Cell House Atacado, ubicado sobre la calle Camilo Recalde, en el microcentro de Ciudad del Este fue el 22 de setiembre pasado cuando compró dos teléfonos de una conocida marca a un costo de USD 2.540.
La compra se concretó ejecutando el depósito del dinero mediante el sistema PIX a nombre de una empresa con el compromiso de que los productos serían entregados en el hotel donde se hospedaba.
El extranjero dijo que le tomó confianza al vendedor, por lo que terminó ejecutando otro pedido por el que pagó la suma de 13.240 dólares. Al llegar el día previsto para la entrega de las mercaderías en el lugar combinado, esto no se concretó, por lo que volvió a contactarse con el vendedor en un número de teléfono que este le entregó cuando estaba en la tienda. Ese día este le dijo que en pocas horas más llegaría su pedido al sitio pactado, argumentando que tuvieron un inconveniente que ya fue subsanado.
Ese mismo día, Franca da Silva terminó realizando otra compra, por lo que pagó de vuelta USD 3890. En total ya había transferido, USD 19.760, al cambio del día, poco más de G. 140 millones, pero jamás recibió ninguno de los artículos por los que pagó, por lo que resolvió volver a la tienda donde le informaron que el vendedor ya no trabajaba en el punto.
De todo lo acordado le entregaron apenas dos teléfonos celulares, por lo que radicó la denuncia ante la Policía Turística y el caso fue remitido a cargo del Ministerio Público y la Oficina de Defensa al Consumidor, que iniciaron los procedimientos para investigar el caso.
