Desde la noche anterior hubo incidentes en la institución luego de que informes de inteligencia indicaran que ingresó al lugar una furgoneta que transportaba mercaderías ilícitas. La institución fue allanada alrededor de las 2 de la mañana con el que se confirmó la sospecha y fueron detenidos el director Rubén Lombardo y otras 4 personas.
Llamativamente, las armas desaparecieron en ese lapso, según la denuncia presentada por el jefe de seguridad del penal, Luis González. El mismo reportó la situación recién el día siguiente de los hechos. Según explicó, las armas estaban en el sitio hasta la noche del 11 de diciembre, cuando él se retiró de la penitenciaría.
En la madrugada del 12 fue llamado por el oficial de guardia del penal para informarle sobre el allanamiento al recinto y cuando se trasladó al sitio no pudo ingresar de inmediato debido a que fue impedido por los intervinientes, pero horas después se autorizó su entrada siendo acompañado por una oficial de la policía.
Dijo que se dirigió hasta la oficina de la Jefatura, en donde se encontraban guardadas las armas en el cajón de una mesa, pero al ingresar se percató que la puerta fue violentada y ya no encontró las 5 pistolas.
En su denuncia no supo precisar si las cámaras de seguridad captaron el momento del hurto de forma a identificar a los responsables, por sobre todo saber el destino de las armas ante el temor de que pudo haberse materializado por parte de los reos, quienes tuvieron acceso a distintas dependencias del penal para hacer desaparecer las mercaderías que fueron ingresadas en el furgón.