El hecho se produjo en la noche del domingo en el interior de la vivienda ubicada en el barrio el Progreso de la localidad paranaense cuando el hombre identificado como Rigoberto Ayala Monzón, de 37 años, llegó a la casa en estado etílico.
De acuerdo a la víctima, una mujer de 23 años, ella ya estaba descansando con sus hijos menores cuando su pareja retornó a la casa totalmente alterado ya que horas antes tuvo una discusión y una pelea con particulares.
La mujer sabía que su pareja, quien ya tiene antecedentes por violencia doméstica y agresión, tenía consigo un arma de fuego por lo que cuando escuchó que ingresó a la casa gritando se encerró con sus hijos y llamó al sistema 911. Este le exigió que abra la puerta a lo que ella le indica que se tranquilice e intente descansar cuando el sujeto hecha la puerta a patadas y le dice que la mataría.
Según dijo, el hombre fue directamente donde estaba acostada apuntándola con un arma de fuego por lo que ella emprende una lucha cuerpo a cuerpo para intentar sacarle el revólver que tenía, en un momento dado el arma cayó al suelo y la mujer tiró con el pie bajo la cama. Allí su pareja intenta extrangularla apretándole el cuello con ambas manos. Toda esta escena ocurría en la habitación donde también estaban los hijos de la pareja, un niño de poco mas de dos años y un lactante.
Por fortuna en ese momento llegó frente a la casa la patrullera de la comisaría jurisdiccional por lo que la mujer gritó pidiendo auxilio y los uniformados ingresaron a la casa para detener al agresor. Bajo la cama fue encontrado el revolver calibre 22 con 2 cartuchos vivos.
El detenido ya tiene denuncias en su contra efectuadas por la mujer ante el Juzgado de Paz, por su conducta agresiva hacia ella, incluso se decretó prohibición de acercamiento pero la propia mujer alegó que lo había perdonado para retomar la relación.
La misma admitió que tras esto la agresión se repitió y meses atrás se trasladó a Asunción con sus hijos pero antes de Navidad el hombre fue a buscarle con el compromiso de que cambiaría de comportamiento.
Sin embargo a menos de un mes volvieron las agresiones, esta vez a punto de que termine en una tragedia, que fue evitada por la oportuna intervención de los personales de la comisaría número 11 de Juan Emilio O’Leary.
El detenido y las evidencias quedaron a cargo del Fiscal Alberto Torres quien abrió el proceso por tentativa de feminicidio.