Entre las verduras más afectadas, se encuentran la lechuga, el pepino y el zapallo, que experimentaron aumentos exponenciales en su valor.
Compradores indican que tuvieron que ajustar sus presupuestos o reducir la cantidad de alimentos que adquieren. Además de las verduras, otros alimentos esenciales como el queso, la grasa de cerdo y los huevos también sufieron incrementos significativos, lo que se anticipa como un factor que podría elevar aún más la demanda durante la Semana Santa.
Los comerciantes expresaron su preocupación por la situación. Si bien reconocen que los aumentos de precios afectan las ventas, también mencionan que el contexto económico general complica aún más las expectativas comerciales. “Los costos suben, y nosotros no podemos seguir absorbiendo esas alzas. La gente también se resiente, ya que no todos pueden pagar lo mismo por los productos”, comenta un vendedor de verduras.
Por otro lado, los compradores no solo se enfrentan a precios más altos, sino también a una preocupación constante sobre cómo estos aumentos afectan la economía doméstica. “Compro menos cantidad de lo que antes solía llevar, ya que no puedo permitirme gastar tanto. Todo está más caro, desde los alimentos básicos hasta los artículos de limpieza”, explica una vecina del barrio, quien visita el mercado con regularidad.