En el microcentro de Asunción los edificios abandonados representan un problema de seguridad, estética y salubridad. Pobladores señalan que son utilizados por adictos y malvivientes, pero que también fungen de vertederos que propician la presencia de alimañas.
Para los pobladores, la situación se agudizó después de la pandemia de covid-19, ya que desde entonces los propietarios poco y nada invierten en refracciones y como están deshabitados, son invadidos por terceros, por lo general adictos.
“La dueña no nos hace caso, no sabemos qué hacer con la casa abandonada porque los chespis entran ahí y desde ahí hacen sus robos. Tus vehículos no podés dejar estacionado”, dijo un trabajador de la zona.
No obstante, destacan que la Policía siempre responde a sus denuncias pero señalan que su labor solo se limita a demorarlos.