El gobierno planea la adquisición de aviones Super Tucano para el combate a vuelos irregulares, aunque no cuenta con leyes claras para derribar aeronaves vinculadas al crimen organizado. El Ministerio de Defensa asegura que estos aviones serán utilizados para custodia y control del espacio aéreo, sin entrar en la polémica de la interceptación activa, como la posibilidad de derribar narcoaviones.
El ministro de Defensa, General Óscar González, justificó la compra al señalar que la Ley N° 6980, que establece el protocolo de intervención en vuelos ilícitos, permite a la Fuerza Aérea Paraguaya cumplir su misión, pero no contempla el derribo de aeronaves a menos que representen un peligro directo para otras aeronaves.
El diputado Rubén Rubin expresó su desacuerdo con la estrategia del gobierno, cuestionando la efectividad de la adquisición de los aviones Super Tucano si su uso se limita únicamente a la vigilancia. Según Rubin, la compra de aeronaves por USD 100 millones sin una estrategia para derribar los aviones de narcotraficantes sería un malgasto de recursos.
En el debate, Rubin instó a cambiar el enfoque en la lucha contra el narcotráfico, sugiriendo que Paraguay debería ser más firme en sus acciones para contrarrestar el crimen organizado en el aire. Además, criticó al gobierno por no tener una política clara para enfrentar a los narcos, señalando la contradicción de adquirir aviones sin contar con una legislación que permita derribar aeronaves vinculadas al narcotráfico.
A pesar de estar a favor de invertir en las Fuerzas Armadas, Rubin adelantó que votará en contra de los créditos para la compra de los Super Tucano si no se establece un plan más efectivo en la lucha contra el narcotráfico.
