El pequeño Osman Eliel nació prematuro el pasado 26 de febrero en el Hospital Regional de Villarrica. Sus padres creyeron que recibiría atención en la nueva Terapia Intensiva Neonatal, inaugurada días antes con presencia del presidente Santiago Peña y la ministra de Salud, María Teresa Barán. Sin embargo, la sala aún no estaba habilitada.
Debido a una observación técnica sobre la sala de desechos líquidos, el servicio no estaba disponible, por lo que el bebé tuvo que ser trasladado al Hospital Materno Infantil de Trinidad, en Asunción. Allí, tras varios días de lucha, falleció.
El caso provocó indignación y la destitución del director del hospital, Cristhian Matto, así como del viceministro de Atención Integral a la Salud, Santiago Adolfo García Destéfano, y del director de Redes y Servicios de Salud, Derlis León. También se ordenó una auditoría médica.
Para Rosa Vázquez, madre del bebé, la tragedia se repite: es la segunda vez que pierde un hijo por falta de terapia neonatal. “Mi hijo fue elegido para sacrificarle, para que ellos puedan poner terapia”, lamentó.
El cuerpito del pequeño llegó este sábado a la comunidad de Itá Azul, en Independencia, Guairá, donde es velado entre el dolor y la impotencia de sus familiares. Su sepelio será este domingo en el cementerio de Santa Cecilia.
